6 ago 2013

Diario de una calma


La semana pasada estuve en el Campeonato de Europa de Laser Master, competía en el grupo más numeroso de 45 a 55 años donde éramos una flota de unos 60 barcos. Un semana y 4 días de regata en los que no llegamos a usar las prácticamamente cinchas. De las 10 regatas programadas, todos los grupos (3 grupos, 180 barcos) acabamos 9 de un total programado de 10, con lo cual todos pudimos descartar 2 regatas.

Un comité que en la obsesión por hacer el máximo de regatas posible acumuló fallos y precipitación en beneficio de la rapidez. Su estandarte la bandera negra. Podríamos esgrimir que esto pudo perjudicar a algunos en la flota, pero los resultados avalan que los primeros conseguían siempre estar ahí. En el caso de nuestra flota había 8 barcos que estaban muy por encima de los demás, copando en prácticamente todas las regatas los puestos de una sola cifra. a partir del noveno los puntos totales obtenidos se disparaban a prácticamente el doble.

Ese dominio de los primeros fue la suma de un conjunto: buenas salidas, buena táctica, mejor velocidad y mejores maniobras, y quizás también conocimiento de las condiciones del campo y del tipo de ola.

Como dije antes las regatas se desarrollaron en un margen de viento entre los 4-6 nudos a los 12 nudos. en ningún momento subió de ahí. (excepto el día de descanso, ley de murphy).  El mar estuvo en general en calma, excepto varias regatas en las que el chapoteo, con una ola tipo lava de volcán, hacía difícil o casi imposible mantener el barco con velocidad en las ceñidas, sobre todo para los más pesados.

El lugar era francamente agradable, un pequeño club dentro de un acogedor puerto deportivo con instalaciones antiguas, sencillas y bonitas, al lado de un pequeño pueblo sueco pesquero, con playas, césped y vegetación. El camino de apenas 1 km. del club al camping bordeando las dulces aguas del báltico era una delicia, y en él, te podías encontrar todo tipo de animales, sapos, erizos, pájaros, cisnes, conejos a patadas, incluso una pequeña nutria que se paseaba puntualmente a las 4 de la tarde por el muelle.
Una pequeña isla de 10 km de perímetro con planta de pedrusco formaba un canal con el puerto. Su visión ayudaba a hacer acogedor este pequeño pueblo pero a nivel de regata, formaba un canal en el que la zona pegada a la isla se reservaba para el paso de grandes barcos con lo cual limitaba la zona de regatas, un handicap más para el comité.  No faltaron las corrientes dificiles de prever, ya que nunca sabías quien ganaría entre la lucha entre el escaso viento y la pequeña corriente.

El tiempo, fantastico, calor agradable algunos días, y algún jersey de vez en cuando. Apenas llovió.

La mayoría Estábamos instalados en unos bungalows, dentro de un camping, más grande que el propio pueblo, que formaba una franja entre el golf y las casas. Los bungalows eran un lujo y ayudaron en mucho a que nuestra estancia fuera realmente fantástica.

La ciudad Lanskrona se situaba a unos 4 km. Un pueblo construido para ser una gran ciudad, porque sus calles eran tan anchas que te hacían sentir cierta soledad.

La organización de la regata fue como aquí una regata de club, sencilla y amigable. Fallos... sobre todo las clasificaciones que siempre tardaban en estar en el tablón. Y altos precios de las invitaciones a las cenas para invitados.

El equipo español, la mayoria catalán, era el segundo más numeroso tras el sueco...  eso si que es una conquista más grande que los títulos. Un gran ambiente. Faltó quizás que alguien liderara la función de entrenador a modo de dar unas pautas en las regatas. Mónica Azón sabe tomar ese rol.

Los resultados han sido más pobres de los esperado. Creo que nos ha perjudicado en cierta manera las condiciones rácanas de viento. Aunque también la falta de regatas previas. De todas formas copamos podiums en las clases menos numerosas y estuvimos rozándolo en las demás. Creo que hay un equipo amplio y sólido, dentro del que necesitamos trabajar de manera diferente para poder rentabilizar las horas de dedicación.

El coste de esta regata.... puedo hablar de lo que yo me gasté, 300 largos en llevar el barco, 200 el bungalow, casi 400 el avión, 200 inscripción y el resto: coche de alquiler, comidas y alguna que otra cerveza suman un gasto total de unos 1.500 euros. Redondeando 25 barcos: 37.500 euros. Un gasto elevado que quizás nos haga pensar en que deberíamos invertir  más en la preparación. Esto podría ser: organizar entrenos previos, o un par de regatas serias aunque no sean oficiales, justo antes de acudir al europeo.

Creo que todas las grandes conquistas tienen sus líderes y no cabe duda de que si hay un líder en la conquista de Suecia, ese es Oriol Marrón, Nos ha puesto fácil lo difícil y sencillo lo fácil, y sobre todo nos ha contagiado su espíritu e ilusión.

Quizás me olvide pronto de las regatas en Bortahusen, pero mantendré un pequeño recuerdo a modo de cuadro colgado en mi mente: en la tarde del día de descanso, además de hacer unas cuantas ceñidas con viento, nos acercamos Andrés y yo, hasta apenas 100 m. de la isla que estaba a unas 4 millas o 20 minutos navegando. Un mar plano con viento y un cielo enredado de nubes luchaban por conseguir el mejor azul, y entre los dos una estrecha franja de verdes y marrones con casitas de monopoli, salpicado de alegres banderas suecas, rematando el contorno de la isla, un faro que parecía construido para ser pintado... si no consigues la belleza del triunfo siempre puedes consolarte con la belleza de lo que la rodea.

Un abrazo a todos

Clasificaciones, web clasificaciones

1 comentario:

Unknown dijo...

Deja el peritaje y dedicate a la literatura. Demostramos una organización nórdica y un desparpajo latino. Que aprendan.